Convocada por el Dicasterio para la promoción integral del desarrollo humano, Justitia et Pax de Europa, The Global Catholic Climate Movement y Stella Maris, se ha celebrado esta conferencia en Copenhague del 3 al 5 de mayo 2019.
Presidió el Cardenal Peter K.A. Tukson, prefecto del Dicasterio para la promoción integral del desarrollo humano.
Estaban representantes de la UNESCO, Justicia y Paz de Europa, FAO, Universidad Marítima Mundial, otras Universidades, navieras, el Movimiento Global Católico para el Clima y del Apostolado del Mar.
Previamente el Apostolado del Mar de Europa tuvo una sesión de trabajo especial orientada a preparar la conferencia regional europea a celebrar el próximo mes de junio en Roma y la conferencia mundial de 2020 y a debatir sobre nuevos programas de formación para los voluntarios y una nueva base de datos internacional sobre barcos visitados.
Había representantes de: Vaticano, Inglaterra, Escocia, Irlanda, Francia, Italia, Ucrania, Polonia y España.
Participaron de España: Ramón Camaño, director nacional del Apostolado del Mar de España y Ricardo Rodríguez-Martos, director del apostolado del mar de Barcelona.
Volviendo a la conferencia general, ésta tomaba como documento de referencia la Carta Encíclica “Laudato Sii” del papa Francisco. Esta encíclica, promulgada en 2015, trata del “cuidado de la casa común” y es una reflexión sobre la responsabilidad que todos tenemos sobre el cuidado de nuestro planeta.
A lo largo de las diversas ponencias se destacó:
La mar es por un lado un elemento de contemplación y de admiración, pues no lo podemos controlar, pero es un bien común que hay que proteger desde la concienciación y mediante leyes adecuadas.
La acción humana tiene un impacto negativo sobre los mares, que durante muchos años no ha sido adecuadamente valorado.
Los que más sufren las consecuencias son las comunidades inocentes de países del Tercer Mundo.
Los mares son vías de unión de la familia humana
Los océanos son fuentes de energía, alimento y comercio
3 mil millones de personas dependen de los pescados y mariscos silvestres capturados o cultivados como su fuente principal de proteínas
500 millones de personas de los países en vías de desarrollo dependen de la pesca y de la acuicultura. 90% de las mercancías se transportan por mar.
Tanto los pescadores, como las tripulaciones de los barcos merecen unas condiciones de vida y trabajo dignas, para que su tarea sea sostenible.
Los mares hacen la Tierra habitable, soportan una gran diversidad de medios de vida y ecosistemas son la parte más importante del sistema climático de la Tierra. Almacenan y transportan grandes cantidades de calor, agua y carbón
Los mares son los amortiguadores de las variaciones climáticas estacionales
Se habló también sobre la necesidad de una educación para el desarrollo sostenible. Aquí hubo una intervención interesante de la Universidad Marítima Internacional.
Se presentó un proyecto de agenda para el desarrollo sostenible para los próximos 10 años.
Un representante de la compañía marítima Maersk hizo una interesante exposición en la cual manifestó que la industria marítima es responsable de un 2-3% de las emisiones de gases a nivel mundial y que Maersk habá reducido entre 2008 y 2018 un 41% de las emisiones de sus barcos y que hasta 2030 esperan reducir un 60% y finalmente, para 2050 el 100%. Para lograr este objetivo, los buques sin emisiones de carbono deben ser comercialmente viables en 2030 y se necesita una aceleración de las innovaciones y de la adaptación de nuevas tecnologías.
Cabe destacar también la intervención vía internet del cardenal John Ribot de Port Moresby en Papua Nueva Guinea, explicando como las islas de ese archipiélago van desapareciendo bajo el aumento del nivel del mar y como eso va afectando lentamente a la población que debe trasladarse al interior.